domingo, 11 de noviembre de 2012

Taillon por Bujaruelo y la Brecha de Roland 3144m.


Cuenta la leyenda, que el glorioso ejercito de Carlomagno volvía a su patría después de saquear Pamplona y los innumerables pueblos que encontraba a su paso. Su sobrino Roland es el que guardaba la retaguardia y fue justo antes de cruzar a Francia donde una coalición de Vascones y habitantes de los Pirineos los sorprendieron a su paso en el desfiladero de Roncesvalles, como un cadáver más, quedó allí­, abandonado y herido, sepultado por el cuerpo inerte de su caballo.

Volvió en si y con una fuerza sobrehumana y la ayuda de su espada Durandarte apartó el caballo, se levantó y vio el terrible panorama con sus ejercito destruído y busco el mejor camino para volver a su casa. Sin embargo el enemigo estaba al acecho.

Después de dos días y dos noches cruzando montañas consiguió llegar hasta Ordesa. Seguió imparable hasta lo más alto de las montañas pues oía lo perros de sus enemigos. Cuando ya estaba a punto de cruzar las montañas los perros se le echaron encima, pero con la ayuda de su fuerza y su espada acabó con ellos sin problemas. Pero miró hacia abajo y vio a todas las tropas que se dirigían hacia él. 

Desesperado lazón su espadaa Durandarte al otro lado de la montaña, para hacer llegar un último saludo de despedida a su patria, pero no lo logró y la espada volvió a él. Tres veces lo intetó de manera fallida. Viendose derrotado, con un esfuerzo sobrehumano lanzó su espada por última vez con tal fuerza que golpeó la montaña y la partió, dejando una brecha abierta y pudiendo ver por última vez su país antes de morir.

Como caballeros preparándose antes de la batalla, preparamos nuestras armaduras para frío, nieve, viento y lluvia. Nosotros no tenímos una legendaria espada como Durandarte pero portabamos nuestros hachas de hielo a sabiendas de lo que nos podíamos encontrar ahí arriba.



Y así fue como partimos hacia lo alto de las montañas, nuestro enemigo la noche, por ello subimos imparables desde Bujaruelo, luchando contra la lluvia y según ascendíamos contra el viento, el frío y la ventisca. "Yo voy a ir a todo lo que pueda" se escucho cuando llegamos al alto de Bujaruelo y el frío viento se colaba por dentro de nuestras armaduras.





Ya quedaba poco antes de encontrar el refugio, pero el sol se ocultaba entre las montañas al final fue necesario sacar nuestras antorchas para poder continuar nuestro camino. Por suerte Presa nos guió sin problemas a nuestro refugio.



Nevaba con fuerza y pudimos entrar en él por una ventana. Ya dentro protegidos del viento pero no del frío, repusimos fuerzas y nos fuimos a descansar.

Con las primeras luces nos despertamos, y por fin pudimos ver la brecha que Roland abrió con su espada. El muro de la montaña partida.





Había caído más nieve durante la noche. Despacio pero sin pausa subimos hacia la brecha.




Por fin llegamos a ella, y no tuvimos un gran recibimiento, la niebla se nos echó encima.El camino es claro, va pegado al muro y decidimos seguir adelante.








La muralla de roca nos protege del viento, pero cuando llega a su fin el viento vuelve a darnos con fuerza. Ante nosotros el dedo, decidimos bordearlo por la derecha.



No vemos la cima, pero sabemos que estamos cerca. Cresteamos un poco y llegamos al zig zag que final, que pese a la nieve se ve perfectamente.






Un vivac de rocas nos hace saber que estamos en la cima, el día empeora y la nieve nos golpea en la cara. No hay tiempo para mucho, unas fotos y para abajo.






Nos cuesta seguir el camino porque las huellas de la subida se han ido tapando pero entre la niebla intuimos la silueta del dedo, ya estamos cerca de la muralla!



Cuando llegamos de nuevo a la brecha, el día por fin nos da un descanso y nos ilumina la parte francesa y Gavarnie.






Ya solo nos queda bajar a Bujaruelo. Hemos salido victorioso de nuestra batalla contra las inclemencias. La belleza de estos valles nos ha acompañado en todo momento a pesar la niebla, que a su manera también le da encanto.



Volveremos a buscar el sol y las vistas.

Más fotos AQUÏ


2 comentarios:

  1. Muy buena chavales, gran aventura y preciosas imagenes; bonito relato el de la chanson de onenand,albert

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