domingo, 30 de octubre de 2011

Asalto a los colosos del Pirineo (Posets 3.371 m.) Parte II


 Primera parte --> AQUÍ <--

El día ha sido largo y duro, nos tiramos a lado de la furgoneta a descansar y entonces se abre un intenso debate sobre lo que hacer el día siguiente. El Aneto ha mermado bastante nuestras fuerzas a eso se une que donde estamos no se puede dormir y que a la mañana siguiente anuncian lluvias. Después de debatir y debatir sin llegar a un acuerdo, esperamos a Presa que viene desde Pamplona y decidimos irnos a dormir a una zona de acampada con baños.

La ducha y una taza de wáter se agradecen, para cenar Gallina Blanca, siempre nos acompaña allí donde vamos. Unas cervezas bajo un manto de estrellas y a dormir.

El día amanece gris y con lluvia débil, no hemos madrugado demasiado así que descartamos hacer algo esa mañana, pero nos vemos con fuerzas de hacer algo importante y buscamos algún3000 cercano. Revisamos nuestras guías y libros y nos decantamos por el Posets, el segundo pico más alto de los Pirineos. Presa y Etxebe deciden hacer barrancos, y nuestra decisión les viene de lujo porque su barranco nace a las faldas del Posets y así podemos acercarles.

Llamamos al refugio Angel Orus y nos dicen que hay camas, perfecto, tenemos dos horas de aproximación desde el parquing. Dejamos a Etxebe y Presa en el inicio del barranco y cogemos rumbo al refugio. La subida es preciosa, una senda con cascadas a los lados, entre árboles y con imponentes picos al fondo. La belleza del valle de Benasque impresiona, es increíble ver la fuerza con la que bajan sus barrancos y torrentes. (y eso que estamos en Agosto, como tiene que estar esto en Primavera).



Después de dos horas de exigente caminata con buenas rampas, llegamos a un alto desde el que vemos al refugio, menuda pinta tiene, es como un balcón tallado en la roca. Aprovechamos para sacarnos unas fotos.






El lugar en el que está enclavado este refugio es impresionante, menudo balcón con menudas vistas. Juan Mari está maravillado. Hacemos una vuelta de reconocimiento y nos acomodamos en las habitaciones. El refugio está muy bien, reformado, las habitaciones muy confortables y los baños nuevos, nos entra la tentación de darnos una ducha pero hemos cometido un graso error, por aligerar nuestras mochilas no hemos metido toallas… no importa JM y yo les damos una lección al resto de cómo es posible secarse con dos calcetines y un buff 




(Gurbindo con su nuevo amigo)

(Refugio Angel Orus)


(JM disfrutando de una Amstel)


A ver a ver que tenemos para cenar… Gallina Blanca!!! El menú de todos los días. Compartimos cocina con unos amigos catalanes que nos cuentan sus andanzas por la zona y con ellos compartimos el anochecer en este marco incomparable tomándonos un Té en la terraza.

Partimos con el amanecer, ese día mucha gente va al posets, así que intentamos salir antes que un grupo de chavales con padres. La ruta está muy bien marcada, la senda va subiendo poco a poco entre pastos, rocas y riachuelos.


(Puente destrozado)







Llegamos a una división de caminos, nosotros giramos hacia la derecha para meternos hacia un canal donde todavía aguanta la nieve del invierno. Aún es pronto y esta dura, decidimos cruzarlo sin crampones y bordearlo por el lado derecho. Mucha piedra suelta pero avanzamos sin problemas. Salimos del canal y subimos por una fuerte pendiente hasta llegar a un nuevo nevero. Nos ponemos los crampones y subimos al recto. Desde aquí ya casi vemos la cima. 

(antes de entrar en el primer nevero) 




(segundo nevero ya con crampones)

El último repecho se hace duro, piedra suelta, y fuerte pendiente con caminos en zigzag. Aquí cada uno a lo suyo y trucu trucu pa’rriba . Por fin llegamos a la cresta con la cima al fondo. Es estrecha pero sin ningún tipo de peligro. Avanzamos con cuidado y por fin hacemos cima. El sol nos ha acompañado durante toda la mañana y las vistas que nos rodean son maravillosas. Un francés, con muchos años encima de experiencia montañera nos va nombrando uno a uno todos los montes.




(último repecho antes de la cima) 


(Preciosas vistas)  

Un pintxo de chorizo, frutos secos, rehidratar y tiramos para abajo. Ahora a recoger las cosas del refugio. Comer algo  y decir "hasta luego" al valle de Benasque, que sin duda nos ha maravillado con sus fascinantes paisajes, cumbres, cascadas, pastos...

Volveremos!

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