Con motivo de la travesía que algunos onenaktarras haremos dentro de poco, gur y un servidor queremos hacer un rodaje para ver cómo nos encontramos. Tras el castillo de Acher, tocaba el Anie y la semana que viene y ya para terminar este "entrenamiento" subiremos el Bisaurín. El objetivo era haber ido al Anie hoy pero tras ver el mal tiempo que daban decidimos cambiar los planes e ir ayer. Salíamos de Villava a las 6:30 en punto. A las 7:45 a nuestro paso por Isaba, marcaba 10ºC de temperatura, pero hacía un día muy bueno, y ya sabíamos que en cuanto saliese el sol caería a plomo sobre nuestras cabezas.
A las 8:30 comenzábamos la ascensión desde la piedra de San Martín, la temperatura ya habría subido unos 8-10 grados y en cuanto empezamos a dar los primeros pasos comenzamos a sudar. Además, es un zona muy agreste, no hay un solo árbol y en toda la caminata no hay nada de sombra, cosa que hace que la ascensión sea un poco más dura. Ya a las 9:30 y tras una hora caminando, se veía gente en la cima del Anie.
Hay multitud de sendas por todos los lados, pero por la que íbamos nosotros está muy marcada, y muy bien señalizada con numerosos kairs o itos, como decís algunos. Tras bordear el Arlás, comienza ya enseguida el Karts de Larra, una zona con muchas simas que, aunque no son muy profundas hay que ir con cuidado, sobre todo por los tobillos y por que las rocas están muy afiladas y son como auténticas cuchillas.
Después de hora y media andando, decidimos parar a comer algo de fruta, hasta entonces habíamos ido a un ritmo muy tranquilo, parándonos muchas veces a sacar fotos y ya nos quedaba una hora para estar en la cima. Los últimos 40 minutos son los realmente duros, hasta entonces es una ascensión bastante progresiva y muy llevadera. A partir de ahí cada uno empezamos a subir a nuestro ritmo, hasta que a las 11 llegamos, por fin, a la cima. Ahora viene la anécdota del día, tras almorzar algo, y después de bajar la pala más pronunciada del Anie, Gur dice que se encuentra muy fuerte, que no ha sido suficiente para él y decide subirlo una segunda vez, y cómo subía, no tiene nada que envidiar a los sarrios. Las malas lenguas dicen que se le olvidaron las gafas en la cima y que, tras dudar si subir o no, decidió subirlo porque las necesitaría en la travesía. Que cada uno crea lo que quiera.
La verdad es que subimos a muy buena hora porque durante la bajada nos cruzamos con la caravana del tour de Francia, literalmente, porque todos eran gabachos. En la cima no cabría un alfiler. La bajada nos costó prácticamente lo mismo que la subida, debido a la anécdota de Gur y a las 2 estábamos de nuevo en el tiburón blanco, dispuestos a comernos a cristo. Tras comer un menú del día en Isaba, volvimos para la villa y a eso de las 17:30 estábamos en casa sanos y salvos tras un día espléndido en el pirineo navarro.
Aquí van algunas fotos:
El Arlás a la vista.
Ya en el Karst de Larra, con el Anie al fondo.
La primera sima.
Santa también estaba en la cima.
En la cima, el Castillo de Acher y el Bisaurín, al fondo.
Unos tios buenos en un paisaje espectacular.
Espero que os haya gustado, saludos!!
esa zona es preciosa!!!!!!!!!! este blog se empieza a animar haber si sigue asi. un saludo y nos vemos por los montes
ResponderEliminarGran ascensión. Jaja que grande la "anecdota" de Gur
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